Tu bebé tiene ciertos reflejos al nacer que lo ayudan a adaptarse y desenvolverse en el medio acuático. Sin embargo, estos reflejos innatos suelen disminuir o desaparecer a medida que el bebé crece, ya que desarrolla el control motor voluntario, adquiere habilidades más complejas, y comienzan a perder los patrones de movimiento primitivos.  

Los reflejos innatos de los bebés son respuestas automáticas naturales que tienen desde el nacimiento. Algunos de estos reflejos se relacionan directamente con el agua, cada uno juega un papel crucial en la seguridad y adaptación del bebé.

Para facilitarles la transición de la natación involuntaria reflexiva, a la natación consciente voluntaria, debemos estimular estos reflejos, reforzarlos con la práctica antes de que desaparezcan, para que los aprendan de manera automática y sencilla durante su transición de movimientos involuntarios a voluntarios. 

Además, debemos aprovechar que la mayoría de los bebés antes de los 6 meses aún no han tenido tiempo de desarrollar miedo al agua, así que normalmente se adaptan a ella sin problemas. Los bebés mayores suelen tener más dificultades para adaptarse al medio acuático, ya que conforme van madurando están acostumbrados a ciertos ambientes y se pueden molestar si se les introduce a medios desconocidos.

Entre los 2 y 2 y medio años, ven los cambios y las nuevas experiencias como algo atemorizante, a esta edad es cuando empiezan a desarrollar miedo al agua. Empezar a nadar después de los 2 años implicará mucho más tiempo para su adaptación. 

Reflejo Natatorio o Anfibio:

El reflejo natatorio o anfibio puede ser el más llamativo de los reflejos relacionados con el agua. Cuando los bebés son colocados boca abajo y con la cara sumergida en el agua, este reflejo toma control de sus movimientos, como un anfibio, los  brazos y piernas se extienden y flexionan rítmicamente mientras el torso gira de un lado a otro. 

Este reflejo es mucho más fuerte y rítmico cuando el bebé es menor de 4 meses, no significa que los bebés sepan nadar, pero sí indica una coordinación innata de movimientos que parecen adaptados para el agua y debemos aprovecharlos para hacer más fácil su adaptación. 

Reflejo de Inmersión o reflejo de buceo:

El reflejo de inmersión se manifiesta cuando un bebé es sumergido en el agua y de manera instintiva, sostiene la respiración para evitar que el agua entre en sus pulmones, los latidos de su corazón se hacen más lentos y su flujo sanguíneo se redistribuye. Esto permite a los bebés ser sumergidos bajo el agua sin inhalarla, es un mecanismo de defensa vital que protege a los bebés de ahogarse y les permite sentirse cómodos en el agua desde una edad muy temprana. Este reflejo tiende a disminuir con la edad.

Ahora, sabes la importancia y los beneficios de trabajar y reforzar los reflejos innatos de tu bebé lo antes posible. En Olimpus contamos con 30 años de experiencia en nuestro programa especializado en bebés Baby Olimpus, todos nuestros instructores están perfectamente capacitados para que tu bebé aprenda las habilidades acuáticas progresivamente.  

Tenemos instalaciones especialmente diseñadas para ustedes, verificamos constantemente los niveles de cloro y PH para mantener la inocuidad y alcalinidad del agua, asegurando que las condiciones de nuestras albercas sean ideales para cuidar la piel de tu bebé.  

¡Vente ya a nadar! ¡Nos vemos en el agua! Hasta la próxima 

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