La natación, es una excelente herramienta para la integración y participación social en bebés y niños. Centrada en el aprendizaje de habilidades acuáticas como el desarrollo emocional, social y físico de los pequeños. Así, desde una edad temprana proporciona experiencias ricas en estímulos afectivos y sociales cruciales durante los primeros años de vida. Por lo que es un escenario ideal para que los pequeños desarrollen habilidades socio-emocionales como su autoestima, confianza y empatía.  

La natación ayuda al desarrollo de los pequeños gracias a: 

  • El aprendizaje de habilidades sociales: Las actividades grupales en el agua crean un sentido de pertenencia, ya que los niños se ven reflejados en sus compañeros, experimentan la colaboración y empiezan a comprender la dinámica de la interacción social. Nuestras clases ofrecen oportunidades para que los pequeños interactúen, observen a otros y compartan un mismo espacio generando experiencias de socialización temprana. 
  • La identificación como individuos: Para los bebés, las actividades que más les ayudan, están relacionadas con los espacios, el movimiento y las personas, ya que están en su etapa de auto-descubrimiento y de reconocimiento, empiezan a ubicarse y conocerse a sí mismos.  
     
  • El desarrollo de la empatía: La convivencia con otros niños en el agua permite que los pequeños empiecen a reconocer las emociones y reacciones de los demás, lo que gradualmente contribuye al desarrollo de la empatía y de una mayor sensibilidad social. 

Fortalecimiento de vínculos afectivos

  • El fortalecimiento de vínculos afectivos: Nuestras clases grupales, cuentan con las bases para el desarrollo de conocimientos, competencias sociales y emocionales clave. En las clases para bebés, la presencia de mamá o papá en el agua crea un entorno de apoyo y seguridad emocional.  A través de estas, los bebés aprenden a forjar vínculos con sus padres.
  • Normas de convivencia: Los pequeños comienzan a familiarizarse con ciertos límites y reglas básicas, lo que ayuda a desarrollar un sentido de cooperación, respeto y atención a los demás. Los niños, aprenden a compartir, respetar reglas, escuchar instrucciones, trabajar en equipo, negociar y resolver conflictos, contribuyendo a su capacidad de autoafirmación. Además de formar aptitudes de liderazgo, aprender a relacionarse en grupo, afrontar retos sociales y superar sus miedos.   
  • Desarrollo emocional y la confianza en sí mismos: Superar el miedo al agua y aprender habilidades básicas de natación fortalece la autoconfianza de los niños. Al lograr pequeños avances, experimentan un sentido de logro y seguridad personal. Esta confianza se traduce en un mayor bienestar emocional. 
  • El desarrollo de habilidades físicas y coordinación: La natación, ayuda a los niños a mejorar su coordinación, equilibrio fuerza; habilidades físicas esenciales para su desarrollo general. Este tipo de habilidades son importantes también en la integración, ya que permiten que el niño participe activamente en juegos y deportes, facilitando así su participación e inclusión en diferentes actividades. 

En Olimpus, tus pequeños disfrutarán de un excelente ambiente seguro; con instructores capacitados, agua a temperatura ideal e instalaciones de primer nivel donde podrán alcanzar su máximo desarrollo integral. 

Hasta la próxima y recuerda trae a tus pequeños a nadar a Olimpus desde temprana edad.

¡Nos vemos en el agua! 

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